
Renuncia Prodi al gobierno italiano
AFP
Tuvo que dimitir luego de que, por 161 votos en contra, 156 a favor y una abstención, el Senado negara al primer ministro la moción de confianza solicitada.
Roma.El primer ministro de Italia, Romano Prodi, entregó este jueves su renuncia al presidente Giorgio Napolitano luego de que el Senado le negara su voto de confianza.
Los senadores italianos rechazaron al jefe del Gobierno italiano la moción de confianza que les solicitó con 161 votos en contra, 156 a favor, una abstención y cuatro ausentes.
Entre los senadores que se abstuvieron figura el ítalo-argentino Luigi Pallaro, quien anticipó que no iba a participar en la votación y se encuentra en Argentina.
Tal como lo establece la Constitución italiana, Prodi debía presentar su dimisión, como lo hizo, ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano.
El jefe de Estado deberá ahora consultar a todos los partidos y decidir entre designar un gobierno técnico de transición que tenga como objetivo la reforma de la ley electoral o convocar elecciones anticipadas.
El primer ministro italiano, cuyo gobierno pendía de un hilo a pesar del respaldo obtenido la víspera en la Cámara de Diputados, recibió numerosas presiones para que dimitiera de manera anticipada, inclusive del mismo Giorgio Napolitano.
Sin embargo, Prodi prefirió someterse a la decisión del Senado alegando que Italia atraviesa una grave crisis política y económica, y que necesita "reformas urgentes" por lo que "no puede darse el lujo de parar".
Prodi no ha sobrevivido a su segunda gran crisis en menos de dos años.
El legado del profesor
Apodado como “profesor” durante su carrera política, Romano Prodi intentó dos veces enseñar a sus aliados a unirse detrás de él como primer ministro, en ambas fracasó.
La primera vez, en 1998, fueron los comunistas quienes le quitaron su apoyo a la mitad de su mandato. Una década después, son los católicos sus verdugos a apenas 20 meses de gobierno.
Ex presidente de la Comisión Europea, Prodi reordenó la política exterior de Roma al colocar a Europa antes de EU, a diferencia del gobierno conservador anterior a él. Defendió a organismos multilaterales como la ONU y la OTAN, aceleró el retiro de Italia de Irak e impulsó su perfil como negociador de la paz al asumir la misión de Naciones Unidas en Líbano.
Respaldado por una leve mayoría en la elección más reñida de la historia italiana, fue obligado a convertir la necesidad en virtud, empleando votos de confianza para aprobar legislación que pusieron a prueba continuamente a su coalición de centroizquierda.
Pero su osadía tenía límites, y la supervivencia en su cargo le costó el no poder implementar reformas más ambiciosas para una economía que se quedó detrás de la zona euro por más de una década.
Si su predecesor, el ex primer ministro Silvio Berlusconi, fue conocido como un hombre a quien le gustaban las controversias, Prodi fue conocido por intentar estar por encima de las disputas entre los políticos italianos.
Los críticos aprovecharon su calma y tranquilidad para atacarlo como alguien sin fuerza. Pero los aliados señalaron que el hombre, conocido incluso por sus amigos como mortadella, era un político astuto y fiable.
Fue el único hombre que le ganó a Berlusconi, un magnate de los medios conocido por su carisma y sus habilidades comunicativas. Pero derrotar a Berlusconi resultó ser más fácil que permanecer en el poder.
Graduado en leyes y con estudios en la London School of Economics, Prodi, quien enseñaba en Harvard, sabía que mantener unida su coalición —que abarca desde comunistas a católicos— no sería fácil.
Elegido en parte debido a un descontento de los votantes sobre la economía, el gobierno de Prodi indicó con orgullo un endurecimiento que recortó el déficit presupuestario el año pasado por debajo del límite de la Unión Europea por primera vez desde el 2002.
También comenzó a recortar una sólida deuda, aún la tercera más alta en el mundo en términos absolutos.
Pero el “profesor” difícilmente obtendrá una nota elevada en economía.
La producción industrial italiana ha estado cayendo y los economistas están recortando sus previsiones de crecimiento casi semanalmente. La economía ahora está expandiéndose sólo cerca de un 1 por ciento este año, manteniendo su lugar como la rezagada de la zona euro.
Con los niveles de confianza al consumidor y empresarial desplomándose, parece que los italianos dejaron de prestar atención a las aseveraciones de Prodi de que vendrán mejores tiempos mucho antes de que lo hicieran sus aliados.
Fuente: La jornada 24 de enero de 2008
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